La capital portuguesa tiene un enorme patrimonio arquitectónico y natural. No solo es famosa por sus edificios históricos, también por sus calles llenas de cultura, arte e historia viva. Además, en toda la región de Lisboa son muchos los lugares de interés que deberías no perderte si vas a hacerle una escapada. Por todo ello, esperamos que esta guía sobre qué ver en Lisboa te resulte de gran ayuda.

Mapa con todos los puntos que ver en Lisboa

Vamos a facilitarte el trabajo de recorrer en búsqueda de cada plaza, parque y edificio histórico de Lisboa con este mapa interactivo que puedes descargar y llevar en tu móvil. Pincha en cada punto para obtener información valiosa sobre el lugar.

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Viajar con tu furgoneta cámper por la Región de Lisboa

La región de Lisboa, como cualquier capital de país, disfruta de las mejores vías y conexiones de todo el país, su red de carreteras se suma a varias autopistas gratuitas que te facilitarán el tránsito por la región, así como rodear la capital si no buscas adentrarte en su jungla de cemento con tu furgoneta cámper o autocaravana.

De todos modos, conducir por Lisboa con tu vehículo vivienda no es un suicidio siempre que tengas claros los límites de hasta donde debes llegar. En este artículo sobre qué ver en Lisboa te vamos a dar toda la información necesaria para que la experiencia sea lo más favorable posible.

Dónde pernoctar y aparcar con tu furgoneta o autocaravana en Lisboa

Casi toda la ciudad de Lisboa es de pago, excepto domingos, lo que deja poco margen al viaje low cost como nos gusta a nosotros. Si es cierto que hay ciertos barrios periféricos donde no se paga, pero es importante que entiendas, que la capital no disfruta de la misma seguridad que el resto de país, por tanto, decide bajo tu propia responsabilidad.

Nosotros organizamos nuestra visita a Lisboa en dos días, coincidiéndolos en sábado y domingo. Sábado fuimos a visitar la zona de Ajuda, en la que hay varios edificios históricos y donde se encuentran las embajadas. Esa zona tiene calle gratuita y concretamente la Avenida Torre de Belém fue nuestra elegida, ya que estaba a medio camino de tres puntos de visita obligados: el Palacio Nacional, Mosteiro de los Jerónimos y la misma Torre de Belém que le da el nombre.

La pernocta la hicimos, aprovechando que por la noche no se paga y a la mañana siguiente ya sería domingo y tampoco, en el aparcamiento del Palacio de la Justicia y la Prisión. Sí, lo sé, de primeras no parece el lugar más idílico, pero es que idílico en la capital lusa no vas a encontrar nada. Ese aparcamiento, situado muy cerca del Parque Eduardo VII, primer punto a visitar al segundo día, tenía las condiciones de ser un sitio plano, tranquilo, sin bares ni gentío cerca, y sin ruido de tráfico.

Lisboa Card, ¿Qué es y cómo funciona?

que es y como funciona la lisboa card

La Lisboa Card es una tarjeta para los turistas que te da derecho a usar el transporte público de manera ilimitada y obtener acceso gratuito, o con descuentos de hasta el 50%, en la mayoría de museos de la capital.

Esta tarjeta es personal e intransferible y se compra, exclusivamente, en las oficinas de turismo de la capital. No caigáis en la trampa de entrar en algunas oficinas de turismo donde se publicitan con la venta de tickets, pues no son oficiales y te saldrá más caro. La principal oficina de turismo de Lisboa se encuentra en la Plaça de los Restauradores, delante el obelisco, al final de la Avenida da Liberdade.

Tienes 3 opciones para comprar: 24, 48 y 72 horas y su precio oficial es de 20 €, 34 € y 42 €. Dependerá de la cantidad de días que vayas a pasar y la intención que tengas de entrar en todos los edificios históricos y museos de la ciudad, para decidir si te merece la pena el desembolso.

Lisboa Card, ¿merece la pena?

Entramos en el siempre terreno pantanoso de dar una opinión personal que no debe, necesariamente, coincidir con la opinión general del resto de gente. De igual modo que lo valoramos en nuestra visita y guía sobre qué visitar en Oporto, en esta ocasión llegamos a la misma conclusión. Pensamos que, para la mayoría de visitantes, el pase Lisboa Card no merece la pena, pues normalmente conocer una ciudad de este tamaño en 1, 2 o 3 días implica estar en continuo movimiento y deja poco tiempo para entrar en todos los museos y edificios históricos que incluye la tarjeta.

Si vas a elegir qué edificios visitar y no son más que 2 o 3 la mejor opción es comprar de manera individual sus entradas.

Qué ver en Lisboa en 1 día

¿Se puede visitar Lisboa en 1 día? Sí, se puede, pero dependerá en gran medida del tiempo que dediques a entrar y visitar los edificios históricos. Desde aVANtureros te proponemos un circuito que recorre los principales hitos de la capital portuguesa y que es perfectamente asumible en un solo día. No hace falta decirlo, te tocará madrugar y ponerte en marcha pronto, pero no te agobies, no se te echará la noche encima.

La ruta empieza con una primera parada en el barrio de Ajuda. Podemos aparcar en la Avda. Torre de Belem, su avenida principal, gratuita y con bastante espacio, conforme más te alejas del río Tajo más espacio encontrarás. Quizá te encuentres a un gorrilla, espero que ya sepas como manejarlos, pues no tienes la obligación de darle nada. Desde esta avenida ya se tiene una primera perspectiva espectacular del primer punto que ver, la Torre de Belém, una espectacular torre fortificada de estilo manuelino y construida en el Siglo XVI que sirvió de referente defensivo para todas las embarcaciones que intentaban llegar a la ciudad a través del río Tajo. 

torre de belem en Lisboa
La impresionante postal de la Torre de Belém desde el exterior

Sinceramente, no consideramos que merezca la pena pagar la entrada, con ella accederás al baluarte y al interior de la torre, la cual está completamente vacía y sin casi carteles informativos. Tampoco hay ningún guía explicando curiosidades del lugar. Es mucho más espectacular observarla desde el exterior.

Saliendo del parque de la Torre de Belém recomendamos seguir este, paralelo al río, pero por la Rua Bartolomeu Dias hasta el Mosteiro dos Jerónimos. Un conjunto monumental formado por convento más iglesia, mezcla de estilos gótico y renacimiento, que ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Desde aquí una dura subida por la Calçada da Ajuda nos llevará hasta el Palacio Nacional da Ajuda.

Un soberbio edificio de línea neoclásica, construido a principios del Siglo XIX, que fue residencia de varios reyes a lo largo de los años. Aquí sí merece la pena entrar y disfrutar de las distintas estancias, perfectamente ambientadas y todas explicadas con carteles en 4 idiomas. Después de su visita cogeremos de nuevo nuestra furgoneta cámper o autocaravana para dirigirnos al último de los estacionamientos, desde donde se hace un recorrido que visita el centro de Lisboa.

El siguiente punto de estacionamiento es el Parque Eduardo VII. Escogemos este lugar porque está suficientemente alejado del caos del centro, pero suficientemente cerca para ir andando. Además, disfruta de mucho espacio para estacionar. Deberás tener en cuenta que aquí te tocará pagar la zona azul si no vamos en domingo. El Parque Eduardo VII es un precioso parque abierto, en lo más alto de la ladera donde se resguarda la ciudad de Lisboa y, por lo tanto, desde donde gozarás de unas vistas privilegiadas. Bajando el Parque llegamos al monumento al Marqués de Pombal, un famoso estadista que llegó a primer ministro, remodelando completamente el modelo político y económico de Portugal.

Seguimos bajando, ahora ya por la Avenida da Liberdade, una vía principal donde se concentran los comercios más prestigiosos y caros, así como una gran oferta en bares y restaurantes. Si el shopping no es lo vuestro disfrutad de los mosaicos que hay en los suelos de esta vía, con diferentes motivos ornamentales. Al final de la avenida se llega a la Plaza de los Restauradores, con el obelisco presidiéndola. En este punto se encuentra la principal Oficina de Turismo, donde podéis comprar la Lisboa Card si os habéis decidido por ella.

Desde Restauradores subiremos dirección al Mirador Jardín San Pedro de Alcántara, el primero de varios miradores que visitaremos en la ruta y que nos brinda una perspectiva genial del barrio de Baixa y el castillo en lo más alto. Seguiremos el camino dirección oeste para visitar primero la solemne Asamblea de la República y, siguiendo por la misma calle donde circula el mítico tranvía 28, el más antiguo de Lisboa. Llegamos finalmente a la Basílica de Estrela, una impresionante obra de estilo barroco tardío y neoclásico, erguida en una de las zonas más altas de Lisboa, la hace visible desde varios miradores.

A partir de aquí, damos media vuelta, pero dirección a la ribera del Tajo para visitar su embarcadero, el Cais de Sodré. De nuevo una zona con gran oferta gastronómica, esta vez, con unas vistas increíbles al río. Seguimos paralelos al agua hasta uno de los puntos más icónicos de la ciudad, la Praça do Comercio, construida por el Marqués de Pombal como centro administrativo del país y que hoy sigue albergando varios ministerios, siendo el mayor protagonista el Arco da rua Augusta en su centro.

Un par de actividades que debes tener en cuenta

Te recomendamos completar tu visita a Lisboa con un par de actividades realmente interesantes, como son un paseo en velero al atardecer por el río Tajo o uno de los curiosos Free Tours que hay disponibles y que tienes la posibilidad de reservar a través de nuestro enlace.

Desde este punto realizaremos un recorrido por la Lisboa más antigua, visitando el Panteão Nacional, donde descansan personas ilustres de la historia de Portugal, el Castillo y la Sé, la catedral de Lisboa.

Ya solo nos quedará bajar de vuelta hasta volver al barrio de Baixa y desde allí disfrutar de la estampa más conocida de Lisboa, con sus tranvías y catenarias compartiendo tráfico con los coches, sus calles comerciales llenas de tiendas y restaurantes que te obligan a serpentear entre terrazas y carteles. Su calle más famosa, peatonal y llena de gente en cualquier época del año, es la Rua Augusta, aunque para nuestro circuito nos acercaremos hasta Rua do Ouro (o Áurea), donde se ubica el impresionante Elevador de Santa Justa, una bellísima obra metálica de 1902 que se eleva 45 metros para salvar el desnivel y unir el barrio de Baixa con el Barrio Alto.

Desde este punto solo nos quedará volver a nuestro vehículo, pasando por la Praça Don Pedro IV, donde veremos los últimos edificios históricos, la Estaçao do Rossio y el Teatro Nacional Donha Maria II, ambos edificios de estilo Manuelino y neoclásico, de los siglos XVI-XVII.

Qué ver en Lisboa en 2-3 días

Lisboa es una ciudad de muchos museos, si tenemos pensado visitar algunos de ellos es recomendable dividir nuestra visita en dos días para no ir agobiados con los horarios. Fuera del centro también hay dos imprescindibles en nuestra visita por la capital. El primero es el Aqueduto das Águas Livres, una impresionante construcción del siglo XVIII, de enormes dimensiones, con 58 km de largo y hasta 65 metros de altura. El segundo, como no podía ser de otra forma, el puente más famoso de Lisboa, el Ponte 25 de Abril, un espectacular puente colgante de 2 km de largo que homenajea con su nombre la revolución de 1974 donde se instauró la democracia en Portugal.

Una curiosidad del acueducto

Sabías que en el Siglo XIX prohibieron pasear por el acueducto por culpa de un criminal, llamado Diogo Alves, que tenía ese lugar como su sitio favorito para lanzar sus víctimas al vacío, a las cuales robaba previamente, para así hacer creer que esas muertes eran suicidios. Finalmente, lo descubrieron y ahorcaron. Hoy en día el acceso al acueducto sigue cerrado, aunque se puede entrar con visita guiada.

Pero más allá de la ciudad, la región de Lisboa también merece nuestra visita, con históricas ciudades como Cascais o Sintra, y destinos naturales de enorme relevancia como los Cabos da Roca y Espichel. En este artículo sobre qué ver en Lisboa, también vamos a conocer qué ver en su región en una escapada de 2-3 días con furgoneta cámper o autocaravana.

Sintra

Sintra es una impresionante ciudad en el corazón de un Parque Natural al que le da el nombre, donde históricamente aristócratas y comerciantes colonizadores, que habían hecho riqueza en sus viajes a las Américas, escogieron este lugar para levantar imponentes mansiones rodeadas de abundante naturaleza, árboles exóticos, jardines y fuentes. De este legado histórico hoy tenemos varias quintas visitables, previo pago por supuesto. Y es que una cosa deberemos tener en cuenta si visitamos Sintra, que pagaremos por todo, incluso por ir al baño. 

Así pues, aunque prácticamente nada en Sintra ha quedado para visitar libremente, vamos a realizar un recorrido por los puntos más destacados, dejando a vuestra elección la posibilidad de pagar entrada para visitarlo o no.

Dónde aparcar y pernoctar en Sintra

Aparcar de manera gratuita en Sintra es una tarea difícil, todo el pueblo es zona azul y en el centro todas las zonas de estacionamiento son, obviamente, también de pago. Pensando en la maniobrabilidad y el espacio necesario para estacionar una furgoneta gran volumen o autocaravana, existen pocas opciones, pero a tan solo 15 minutos a pie del centro podemos hacerlo en esta zona residencial que os proponemos. Además, al estar suficientemente alejada del centro, también lo está de los ladrones que lo frecuentan.

Qué ver en Sintra

Desde el punto de estacionamiento llegaremos a la estación Portela de Sintra. En su interior, donde se ubica la Oficina de Turismo, podremos disfrutar de unos preciosos azulejos. Siguiendo la calle de la estación finalmente alcanzamos la Praça da República, centro neurálgico de la parte antigua de Sintra, desde la cual se tiene una perspectiva única de los paços que rodean la villa con el castillo en lo más alto. Aquí podremos visitar el Palácio Nacional de Sintra con sus dos chimeneas icónicas de la villa, las calles comerciales, repletas de tiendas de souvenirs y restaurantes con precios prohibitivos, y finalmente la Fonte da Pipa y la Igreja de São Martinho.

Fuera del centro, entre bosques centenarios accesibles por carreteras estrechas y endiabladas, varias quintas ocupan cada centímetro de montaña con sus jardines llenos de plantas exóticas y árboles monumentales centenarios. De entre todas, Quinta da Regaleira destaca y merece nuestra visita. Una finca que representa virtuosamente los estilos manuelino y renacentista que reinó en todo Sintra en el Siglo XIX. En ella destaca especialmente un edificio, su Pozo Iniciático, una espectacular torre invertida usada por los masónicos para rituales y que guarda misteriosos túneles laberínticos en su interior. 

El último punto donde estacionaremos será delante del Palácio da Pena, un recinto Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y el cual podemos visitar, también previo pago, que fue la residencia real durante el Siglo XIX. Tras su visita podemos subir andando hasta la entrada del Castelo dos Mouros, nuestro final de recorrido, un castillo de origen árabe construido entre los Siglos VIII y XII y recuperado por los cristianos en las cruzadas del Siglo XII.

Cascais

Cascais es el Mónaco portugués. Una ciudad crecida alrededor de la burguesía desde que el rey Carlos I decidió ubicar su residencia veraniega en ella y fundar el Club Deportivo Cascais, desde el cual fomentaba prácticas deportivas entre la élite de Lisboa. Eso llevó a que muchos otros burgueses decidieran también poner sus residencias veraniegas en Cascais. A partir de ese momento se popularizó el deporte y los baños en la playa. Gracias a esa herencia, hoy Cascais presume de ser una ciudad sumergida en el lujo de sus mansiones y coches de alta gama. Pero no te preocupes, no vas a ir hasta Cascais solo para ver Ferrari’s, esta población también tiene edificios históricos que brindarte.

Dónde aparcar y pernoctar en Cascais

Como destino turístico que es, aparcar gratuitamente en el centro de Cascais no es posible, pero no te preocupes, que tenemos opciones sin pagar, que no te llevarán más de 15 minutos andando hasta el centro. La primera opción es para conocer varios puntos de interés al oeste de la ciudad, en la Avenida Rei Humberto de Itália, antes de llegar a la Boca do Inferno, encontrarás una zona amplia con mucho estacionamiento gratuito.

Después del obligado paseo por el frente marítimo disfrutando de las olas y las vistas al océano, deberás coger de nuevo tu cámper o autocaravana para dirigirte al centro de la ciudad. Para no pagar estacionamiento, justo al llegar al edificio de las pirámides de la Casa das Histórias Paula Rego, sube por la Rua José Carvalho Araújo y pronto encontrarás el final de la zona de pago. Desde allí podrás visitar todo el centro histórico de Cascais.

Qué ver en Cascais

En el primer punto de estacionamiento, resiguiendo la costa, llegarás a la Boca do Inferno, una formación rocosa que tras milenios de años de erosión creó un espectacular arco con una cavidad por la que se adentran las olas al romper. Más al oeste tiene varios fortes destacados que sirvieron de defensa de las costas portuguesas ante los ataques de corsarios que buscaban las riquezas, ya conocidas, de esas tierras.

Dejamos las afueras de Cascais para ir hasta el segundo estacionamiento, en la parte alta. Desde allí empezamos nuestro recorrido cruzando el Parque Municipal, un curioso parque donde fauna exótica como gallos y tortugas, conviven con los visitantes. En la otra punta del Parque, dentro de sus dominios encontramos la Casa-Museu de los Condes de Castro Guimarães, una espectacular casa renacentista, perfectamente ambientada, que fue residencia de varias generaciones de condes hasta que fue donada al municipio para su museización.

Frente a ella, al otro lado de la carretera, dos edificios históricos más, una nueva casa noble, la Casa de Santa María y el Faro-Museu, también, de Santa María. Uno de los pocos que permite, previo pago, subir hasta lo más alto para disfrutar de unas vistas privilegiadas de todo Cascais y que, en su interior, tiene una preciosa colección de lentes antiguas de faros portugueses. Desde este mismo punto también disfrutamos de vistas sobre el siguiente punto a visitar, la zona del puerto y el Forte de Cascais.

Actualmente la entrada al Forte de Cascais es gratuita y solo por ese motivo os recomendamos su visita, pues su interior se encuentra ya totalmente reformado, lleno de tiendas y ofertas de restauración, y apenas guarda sus baluartes como recuerdo histórico de su función original como último bastión defensivo antes de la llegada a la villa de Cascais.

Paseando por el puerto deportivo desde el forte hasta el centro turístico de Cascais, tendremos unas excelentes vistas de sus playas y las distintas mansiones nobles que se construyen. Frente a la Praia Ribeira se ubica la Praça 5 de Outubro, punto articular desde donde salen las distintas calles comerciales de la parte más antigua Cascais. Aunque no esperes encontrar un casco histórico, Cascais es una población relativamente joven con pocos edificios históricos, donde su mayor reclamo son su costa, sus casas nobles y el fuerte.

Cabo da Roca

Punto más occidental de la Europa Continental, Cabo da Roca es un impresionante acantilado de más de 100 metros de alto desde el cual te recomendamos realizar un pequeño sendero por su ladera norte, disfrutando de sus vistas salvajes, hasta la Praia y la Roca da Ursa. Un paraje virgen, casi inexpugnable, que parece salido de una película de ficción. Desde aquí también disfrutarás de una de las mejores puestas de sol conocidas en todo Portugal.

Cabo Espichel

Mucho más al sur de Lisboa, a menos de una hora de la capital, una pronunciada lengua de tierra penetra en el mar de manera caprichosa, es el Cabo Espichel, referencia geográfica destacada para los navegantes que desde el sur iban rumbo a la capital Lisboa. En este cabo, además del faro, también se destaca el Santuario Nossa Senhora do Espichel, con su hospedería donde antiguamente los peregrinos hacían parada obligada para descansar del camino y, tras ella, la Ermita da Memoria, de estilo árabe, levantada en recuerdo de los náufragos.

Azenhas do Mar

Por último, queremos que, de nuevo, visites una población, pero esta muy alejada de lo que has visto hasta este momento. Azenhas do Mar es una pequeña aldea pescadora, muy coqueta, que vive su vida expuesta al mar y sus frutos. Agarrada a un acantilado y con una pequeña piscina natural, donde los vecinos y visitantes pueden refrescarse en verano, ya que el oleaje no facilita la gestión en mar abierto, esta aldea respira tranquilidad y mucho estilo.

Pasea por sus calles y descubre fachadas que cuentan historias locales sobre como vivían en tiempos pasados, a tan pocos km de Sintra y Lisboa, pero a la vez tan desconectados de sus trasiegos.

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